viernes, 30 de marzo de 2012

miércoles, 28 de marzo de 2012

España: la revolución anunciada

 Fuente:   http://yometiroalmonte.blogspot.com.es/2011/03/espana-la-revolucion-anunciada.html

Primero fue que sabíamos muy poco. Hace unos diez años, cuando los datos iban en una sola dirección (de los grandes medios al ciudadano), se empezó a generalizar el uso de Internet. Un nuevo medio de comunicación convertía la información en circular: de los medios al ciudadano, del ciudadano a los medios, de unas personas a otras sin importar la distancia.

Pronto surgieron los foros de debate, las míticas comunidades MSN, los grupos... Más tarde, la aparición de redes sociales nos hizo reencontrarnos con nuestros compañeros del colegio, hacer nuevas amistades, e incluso nuevos matrimonios (y también divorcios...). Luego, la gente que pensaba que tenía cosas que decir, abría su blog.

Todo ha ido acelerándose como partículas elementales en el caldo primitivo. Éramos células dispersas en su aparato digestivo, pero se están empezando a formar tejidos. La evidencia sobre la realidad de lo que pasa en el mundo ha ido poco a poco saliendo a flote, y vemos cómo en otros países la gente empieza a salir a la calle.

No hace falta que haga otro resumen de lo que pasa; basta con una pequeña vuelta por este humilde rincón para acceder a alguna de las preocupaciones que much@s tenemos... Las cosas, en España, han llegado a un punto en el que la gente se dice:

- Aquí no haremos nada.
- Sólo salimos a la calle por el fútbol.
- Nos gusta mucho el botellón, pero no queremos cambiar las cosas.
- España no es Islandia, ni Grecia, ni Inglaterra...
- En el sillón es muy fácil, pero luego nadie sale.

De lo que no parecemos ser conscientes es que, precisamente hace diez años, estos planteamientos ni siquiera se intuían: estamos al borde de hacerlo. De salir y ser escuchados. De que nos tengan en cuenta... De dejar claro que muchos de nosotros ya no queremos el bipartidismo. Ni un poder financiero hipertrofiado. Ni más multas, prohibiciones, paro ni familias arruinadas.

A veces, es simplemente cuestión de saber por dónde empezar. Y la iniciativa ya está tomada: sólo ciudadanos, sin partidos políticos ni sindicatos. La gente pasa del sillón a la calle y ya hay 16.000:

Por una democracia REAL
http://democraciarealya.es/



lunes, 26 de marzo de 2012

Extensión de la radiactividad en el Pacífico debida a Fukushima

Fuente: http://yometiroalmonte.blogspot.com.es/2012/03/extension-de-la-radiactividad-en-el.html

FUENTE: ASR

Estudio realizado con partículas semejantes a las del vertido radiactivo. Ningún medio informa, nadie realiza otros trabajos "oficiales" (ni oficiosos), es más, desde un primer momento, el silencio se fue instalando sistemáticamente.


Serían convenientes algunas preguntas sobre el consumo de cualquier producto que provenga de la zona, hasta dónde y con qué intensidad se va a extender esta mierda, cuáles son los riesgos... En definitiva, qué coño está pasando y qué va a pasar con algo que, lejos de terminar, no hace otra cosa que extenderse.

domingo, 25 de marzo de 2012

Pierre Curie

Cabe pensar que, en manos de criminales, el radio puede resultar muy peligroso, y aquí deberíamos preguntarnos si la humanidad saca algún provecho de conocer los secretos de la naturaleza, si es lo bastante madura como para beneficiarse de ellos, o si ese conocimiento no será perjudicial. El ejemplo de los descubrimientos de Nobel es paradigmático, ya que los explosivos potentes han permitido llevar a cabo obras admirables, aunque constituyen también un medio de destrucción atroz en manos de los criminales que arrastran a los pueblos a la guerra. Yo soy de los que piensan, como Nobel, que para la humanidad los nuevos descubrimientos resultarán más provechosos que perjudiciales.

Pierre Curie
(Discurso de aceptación del premio Nobel, 1903)



miércoles, 14 de marzo de 2012

MAHMOUD DARWISH

Cuando mis palabras eran trigo
fui tierra.
Cuando mis palabras eran rabia
fui tormenta.
Cuando mis palabras eran roca
fui río.
Cuando mis palabras se volvieron miel
las moscas cubrieron mis labios.


sábado, 10 de marzo de 2012

Esquizofrenia del consumismo: "De cero a héroe", Hércules, Disney

 Fuente: http://yometiroalmonte.blogspot.com/2012/03/esquizofrenia-del-consumismo-de-cero.html

Analicemos el siguiente vídeo de Disney, dirigido a los niños y sus familias:

  
Extractos de la letra:


Parte favorito en las encuestas de opinión...
Era un Don Nadie ¡Cero, cero!
Vuelve locas a las chicas: ¡uuuhhh! y ¡aaaahhh!!
y en dónde estés, su rostro veis ¡hermosa faz!
Entre las monedas y el papel, la bolsa hará saltar,
es rico y es famoso
¡Nuestro griego de oro da que hablar!
Dí amen
¡Vénganlo a ver!
¡Dulce y triunfante puntuando siempre 10!
Todos van solo para ver,
su perfecto cuerpo esos músculos mover.
¡Qué sabor! ¡Mi preferido!

Algunas capturas del vídeo. Las hay hasta proféticas:
Tarjeta Grecian Express, para todo lo demás...
Monedas de oro y dentadura de moda

Hércules store





Trabajadores- clónicos, aburridos y con chepa, lo opuesto al triunfador
Rostros para el recuerdo:


Esquizoide 1

Esquizoides 2

Esquizoide 3, con muñeco del líder supermusculado hasta el delirio




Todo esto, en dos minutos. Por higiene mental, recomendamos el visionado del siguiente vídeo de Pink Panther:




viernes, 9 de marzo de 2012

Crónica de pueblo

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Desde que en el pueblo sólo quedan once alumnos y cuatro maestros, que en su conjunto integran la llamada escuela primaria, el maestro de educación física enseña también agronomía. Desde entonces, en las clases de agronomía se practica el salto de longitud sobre una poza de arena siempre húmeda y lo que se conoce como el juego de las naciones, en verano con pelotas auténticas y en invierno con bolas de nieve. En este juego los alumnos se agrupan por países. El que recibe un pelotazo debe retirarse tras la línea de tiro, y, como está muerto, ha de seguir mirando hasta que todos los demás jugadores de su país hayan sido liquidados, o, como se dice en el pueblo, hayan caído por la patria. El maestro de educación física suele tener problemas a la hora de agrupar a los alumnos. Por eso, al terminar cada clase se anota a qué país ha pertenecido cada alumno. El que en la clase anterior pudo ser alemán, deberá ser ruso en la clase siguiente, y el que en la clase anterior fue ruso, podrá ser alemán en la siguiente. A veces el maestro no consigue convencer a un número suficiente de alumnos de que sean rusos. Cuando ya no sabe qué hacer, les dice: sois todos alemanes y basta. Y como en este caso los alumnos no entienen por qué habrían de combatir, son agrupados en sajones y suabos.
  En verano, los alumnos también tienen tinta roja, y tras caer abatidos a tiros, se pintan manchas coloradas en la piel y en la camisa.
  El maestro de educación física, es decir, el director de la escuela, que además enseña música y alemán, también se hizo cargo hace unos días de las clases de historia, pues aquel juego es igualmente idóneo para la clase de historia.
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En tierras bajas
Herta Müller

miércoles, 7 de marzo de 2012

Las pioneras

(3 de Mayo 1913. División de simpatizantes masculinos, llamados los vigilantes, en un desfile en NY)

(1910 Sufragista y escritora Julie Lipman, demandando el voto para la mujer)

(Reino Unido, 1910. Envasadoras de pescado)


(Cuatro conductoras de autobús, durante la huelga de autobuses de 1918)

(Una mujer es arrestada frente a Buckingham Palace)
(Manifestación de doctoras 1916)
(Manifestantes arrestadas)
(Mujer cambiando el neumático de un coche)

(Manifestantes en NY 1910)
 
(Escribiendo en el pavimento 1913)





lunes, 5 de marzo de 2012

Impresiones y paisajes

[Telegrama:] León [28 o 29 de octubre de 1916]

Queridos padres: Estoy en León después haber estado Santiago, Coruña Lugo. Coruña gustome mucho, sobre todo el mar. En Lugo salieron coches gala de ayuntamiento a recibirnos. Papá mándame por giro postal telegráfico cien pesetas. No hay dinero. Mándalo en seguida a Burgos, Instituto. Todos piden a sus casas, es muy gracioso. Recibí telefonemas y cartas alegrándome mucho. León es hermoso, hace mucho frío. En Santiago compré conchas de plata. Nos recibió el cardenal, contentísimo. Recuerdos a todos, besos a mis hermanos, Don Martín, mil besos de Federico.

NOTA: Telegrama enviado desde León a la casa granadina de Gran Vía 34, el ¿28-29? de octubre de 1916.

Impresiones y paisajes
Federico García Lorca

domingo, 4 de marzo de 2012

Aprecio por lo antiguo y aprecio por lo nuevo

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Cuando en la temprana Edad Media se mostraban ante los tribunales dos documentos reales que se contradecían acerca de un asunto en litigio y el más antiguo era generalmente el vigente, en este hecho seguramente influía menos la convicción de que el más antiguo era más justo, sino el sentimiento de que, debido a su existencia más larga, la determinación de lo que sería justo se había extendido y consolidado en un radio más amplio de lo que había podido hacerlo la del documento más reciente. Se lo aprecia más porque su existencia más larga es la causa real de que corresponde al sentimiento de justicia de la mayoría. Pero si se supone en general -lo que sin duda hay que hacer pese a todas las excepciones admitidas-que lo más antiguo es lo más simple, menos especializado y menos articulado, resulta que no sólo en función de esto está accesible a una generalidad mayor, sino que ya lo es también puramente por ser el más antiguo, o sea que es el que con mayor seguridad se ha transmitido exterior e interiormente a cada individuo y por eso resulta más obviamente legítimo y depositario de valor.
  Pero el mismo presupuesto también hace comprensible la apreciación inversa. La afirmación de Lessing: "los primeros pensamientos son los pensamientos de todos" sólo significa que los pensamientos que emergen institivamente, es decir, de los estratos más consolidados -por vivir más tiempo dentro de nosotros- son los que por esta razón son los más generalmente extendidos. Y esto justifica su tono despreciativo frente a tales pensamientos, más allá de los cuales parece que comenzarían, en su opinión, los más valiosos, en los que se muestra la individualidad y la novedad, inseparables en sus efectos recíprocos. En la India encontramos órdenes sociales jerárquicos de los oficios que dependen de la edad: generalmente se tienen  en más alta estima a los jóvenes, probablemente porque serán los oficios más complicados, finos, difíciles y por esto sólo accesibles al talento individual. La razón del aprecio por lo nuevo y raro se halla en la "sensibilidad por las diferencias" de nuestra consitución anímica. Lo que pretende atraer nuestra atención, despertar nuestro interés, intensificar nuestra emoción interior, debe destacar de alguna manera de lo evidente, lo cotidiano, lo que interior y exteriormente nos es habitual.
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Cuestiones fundamentales de sociología
Georg Simmel

sábado, 3 de marzo de 2012

Stultifera navis

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Encerrado en el navío de donde no se puede escapar, el loco es entregado al río de mil brazos, al mar de mil caminos, a esa gran incertidumbre exterior a todo. Está prisionero en medio de la más libre y abierta de las rutas: está sólidamente encadenado a la encrucijada infinita. Es el Pasajero por excelencia, o sea, el prisionero del viaje.
.........el agua y la locura están unidas desde hace mucho tiempo en la imagninación del hombre europeo......


M.F

jueves, 1 de marzo de 2012

Pedagogías (III). Artículo de Antonio Muñoz Molina

Fuente: http://yometiroalmonte.blogspot.com/2012/02/pedagogias-iii-articulo-de-antonio.html

Del suplemento Babelia, de El País, de un escritor que nunca pareció alineado con los conservadores, en todo caso al contrario. Obtenido de la página Antipedagógico.

El libro ilimitado

Voy en el metro a media mañana camino de una de mis librerías más queridas de Madrid y aunque llevo abierto el periódico miro de soslayo con un gesto reflejo cada vez que entra en el vagón alguien con un libro en las manos. No siempre es fácil identificar su título, y hay que tener mucho cuidado para que la curiosidad no se confunda con la metijonería. Es como ser un mirón digno que por nada del mundo quiere verse metido en un trance embarazoso. El libro está a veces en una posición casi horizontal, para que reciba mejor la luz del techo, y no es cuestión de adelantar la cabeza y torcer el cuello queriendo mirar la cubierta desde abajo. ¿Cuál será ese libro de bolsillo tan grueso del que no ha apartado los ojos ni siquiera al dar una zancada desde el andén ese lector que acaba de sentarse frente a mí? Lo ha doblado por la mitad, con riesgo de descuadernarlo, lo aprieta como estrujándolo entre las dos manos. Es un joven de veintitantos años con el pelo encrespado de rizos casi africanos, sin afeitar, con una mochila pequeña a la espalda. Da la impresión de que se levantó de la cama con el libro en la mano y que pasó así con él delante del espejo del baño.
Mantengo la vigilancia mientras leo el periódico. El titular de la primera página es el desastre de los índices escolares de lectura en España. Sólo hace unos días la enigmática ministra de Educación aseguró que ella no ve ningún problema en que los chicos usen el teléfono móvil mientras están en clase. La enseñanza pública se deteriora irreparablemente en España gracias a una conspiración de ignorancia tramada desde hace años por la chusma política y la secta pedagógica y las autoridades ya tienen un culpable: el franquismo. Quién si no. Como mi tierra natal está incluso a la cola del desastre leo que la consejera de Educación de la Junta de Andalucía ha descubierto una causa todavía más lejana: nuestro atraso histórico. A ellos, los socialistas que llevan gobernando en Andalucía un cuarto de siglo, que los registren.

Pienso en mis maestros, los que me enseñaron contra viento y marea a leer y a escribir y a amar el conocimiento en años de oscurantismo y pobreza; pienso en tantos profesores vocacionales y derrotados que conozco, en las cartas despectivas o perdonavidas o del todo insultantes de pedagogos y expertos, de enchufados de diverso pelaje, que he recibido sin falta cada vez que he escrito sobre las quejas amargas de mis amigos profesores y sobre lo que yo estaba descubriendo con mis propios ojos con sólo hojear los libros de texto de mis hijos y escuchar las historias que me contaban al volver de la escuela.
A los expertos, a los gurús de la jerga psicopedagógica y a los enchufados no les cabía la menor duda: los que alertábamos sobre la degradación de la enseñanza nos habíamos vuelto de derechas y no sabíamos nada, no entendíamos de nada. Ellos sí que entendían: a la vista están los resultados. Cierro el periódico con asco y el hombre joven que leía frente a mí levanta los ojos de su libro. A mi atención de espía le basta un segundo para descubrir el título: es el Viaje al fin de la noche. Ahora parece evidente que el aire de ligero trastorno que tenía ese hombre desde que entró en el vagón procedía de la lectura de Céline. Vamos en el mismo tren de la línea 4 pero su viaje es mucho más hondo y más terrible, un descenso de fiebre por los espantos del mundo. Yo voy por los túneles del metro de Madrid y por el presente inmediato y más bien desolado del periódico: él por las trincheras de la guerra, por la miseria de los suburbios proletarios de París, por el Nueva York futurista de los años veinte, por las tinieblas coloniales del Congo que ya había roturado para la literatura Joseph Conrad.
Ahí lo dejo, sumergido en el libro, continuando su viaje, con su barba de varios días y su mochila de vagabundo celineano. ¿Cuántos lectores como él no llegarán a existir gracias a la gran conjura de los necios y de los comisarios políticos que ha asolado la educación española? Pero no se trata sólo de esa embriaguez, del dulce vicio que le acompaña a uno en la soledad y le hace gratos los minutos de un viaje en el metro: mucho más grave es que la escuela esté fracasando en su tarea de despertar en cada uno sus mejores facultades, de actuar como palanca de progreso social. ¿Qué porvenir laboral tiene un hijo de trabajador o de inmigrante que a los quince años no es capaz de comprender un párrafo de tres líneas? ¿Qué podrá aprender sobre la complejidad del mundo y la de su propia alma quien no cuenta con la luz de las palabras escritas? El nivel cultural y académico de los padres es factor decisivo, asegura el periódico. Subiendo por las escaleras del metro me pregunto con ira y dolor qué habría sido de mí, de tantos de nosotros, si no hubiera sido por la escuela y por el instituto. Nuestros padres, niños en la guerra, escribían y leían con dificultad. En nuestras casas, donde había tan poco, mal podía haber libros. La escuela nos hizo lo que somos.
Soy lo que he leído. Me gano la vida gracias a que existen lectores. En el escaparate de la librería distingo con expectación impaciente el libro que vengo buscando. Verlo me da tanta felicidad como descubrir en un escaparate de la infancia la cubierta en colores de una novela de Julio Verne. Son Los ensayos de Montaigne que acaba de publicar Acantilado, editados y traducidos admirablemente por Jordi Bayod Brau. Muy pronto el gozo de las manos se añade al de la mirada: sopeso el volumen, paso los dedos por su tapa tan sólida, lo abro y rozo las páginas con las yemas de los dedos, y al hacerlo percibo un olor exquisito de papel y de tinta. Por cualquier página que se abra este libro ilimitado se reconocerá la voz sabia y serena, la inteligencia irónica y voluble, la curiosidad entre erudita y chismosa de aquel hombre feliz que se retiró hace más cuatro siglos a escribir y a leer en la biblioteca circular de su torre. Como Cervantes o Shakespeare si empezamos a leerlo nos acompañará a lo largo de toda nuestra vida, y a medida que pase el tiempo y sigamos leyendo nos enseñará cosas que ni siquiera habíamos sospechado en las primeras lecturas. Como el señor don Quijote de la letanía de Rubén el señor de Montaigne nos asistirá en nuestra diatriba contra los fanáticos y los propagadores de la ignorancia, contra los sinvergüenzas, contra los estafadores de la jerga psicopedagógica, contra los políticos que sólo pueden eternizarse en su parasitismo gracias a una ciudadanía analfabeta y embotada. En el viaje de vuelta soy yo quien entra en el vagón del metro con la nariz hundida en el libro, quien se queda tan absorto leyendo a Montaigne que cuando levanta los ojos descubre que se ha pasado de estación.